En la Literatura
Bartolomé Mitre fue el primero que fijó por escrito el motivo de Santos
Vega, inspirado en la tradición oral del mismo. El
poema «A Santos Vega, payador argentino» fue escrito en 1938 y recogido
en libro segundo de Rimas de 1954. Este poema destaca la tradición oral de
la poesía y la permanencia de los versos de Santos Vega en el pueblo y en la
naturaleza, más allá del paso del tiempo. Aquí se encuentra referido el
lugar donde
Santos Vega habría sido enterrado: bajo un tala, en los campos del Tuyú:
Tu alma puebla los desiertos,
y del Sud en la campaña
al lado de una cabaña
se eleva fúnebre cruz;
esa cruz, bajo de un tala
solitario, abandonado,
es un simbolo venerado
en los campos del Tuyú.
Bartolomé Mitre, «Santos Vega», en Rimas
En 1872 Hilario Ascasubi publicó en París Santos Vega o Los Mellizos de La
Flor, extenso
poema en el que Santos Vega desempeña el papel de
narrador de la historia de los mellizos de Luis y Jacinto. Santos Vega
conoce en una pulpería a Rufo Tolosa quien lo invita a su rancho donde le
cuenta la historia de aquellos.
Poco después, Eduardo Gutiérrez contó a la manera de
folletín la historia de Santos Vega y su amigo Carmona, perseguidos por
la justicia. Rafael Obligado, tras leer la obra de Gutiérrez, concibió su
inmortal poema "Santos Vega" en 1885, una de las obras cumbres de la
literatura argentina. Manuel Mujica Láinez en su cuento "El
Ángel y el Payador" incluido en su obra "Misteriosa Buenos Aires"
también relata la leyenda de Santos Vega.
El Santos Vega de
Obligado
El poema de Rafael Obligado se inscribe dentro de la estética romanticista,
por la notable presencia de elementos típicos como el crepúsculo y el
nacionalismo.
Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Está dividido en cuatro cantos:
El Alma del Payador, La Prenda del Payador, El Himno del Payador y La
Muerte del Payador. No son cronológicos ya que en los primeros dos se
presenta al "fantasma" que habita la pampa, en el cuarto se relata la última
payada; y el tercer canto fue un agregado posterior en el que
Santos Vega (vivo) irrumpe en un partido de Pato para convocar a los
gauchos a unirse a la Revolución de Mayo
El Alma del Payador
Se presenta el mito: una sombra triste que vaga por las lagunas de la pampa,
que toca cualquier guitarra olvidada cerca de los
aljibes y culmina con una exaltación de la Argentina por parte del yo
poético:
Beso este suelo querido
que a mis caricias se entrega
mientras de orgullo me anega
la convicción de que es mía
la Patria de Echeverría
la tierra de Santos Vega
Cabe destacar que contrariamente al canon del clasicismo griego y romano, el
sujeto del poema aparece al final del primer canto y no en el proemio.
Además predominan las referencias al agua.
La Prenda del Payador
En este canto predominan las referencias al viento. Santos Vega visita a su
amada ("la prenda", en el habla gauchesca) bajo la forma de un huracán.
El Himno del Payador
El tercer
canto no aparecía en la primera edición sino que fue agregado
posteriormente. Difiere de los otros tres en el estilo, ya que es mucho
menos descriptivo y se detiene en las acciones y en los diálogos; además, a
diferencia de los anteriores,
Santos Vega todavía no había desafiado al diablo. Las descripciones se
centran en el elemento de la Tierra (el campo y la patria).
En el cine
El
cine argentino también reflejó el mito del payador invencible: en 1917
con la película «Santos Vega» escrita y dirigida por Carlos de Paoli, según
el poema de Rafael Obligado, con la interpretación de José larralde como
Santos Vega e Ignacio Corsini como Carmona; en 1936 con «Santos Vega»,
dirigida por Luis Moglia Barth, con guion de Hugo Mac Dougall en base a la
novela de Eduardo Gutiérrez; en 1947 Leopoldo Torres Ríos escribió y dirigió
«Santos Vega vuelve» según el poema de Rafael Obligado, con colaboración en
la
adaptación de Leopoldo Torre Nilsson; y en 1971 Carlos Borcosque (hijo)
dirigió «Santos Vega», una versión protagonizada y cantada por José Larralde,
con guion de Arturo Pillado Mathew hecho en base al poema de Rafael
Obligado, la novela de Ricardo Gutiérrez y el libro de Roberto Lehmann
Nitsche;
En el teatro
Como muchas novelas de Gutiérrez, "Santos
Vega" fue llevado al circo criollo por los hermanos Podestá, difundiendo
la leyenda por todo el país. En 1893 Juan Carlos Nosiglia presentó una
versión teatral con manuscrito e interpretación de José Podestá; otra
versión fue la de Domingo Espíndola (1903-1904).7 En 1933 la compañía
teatral de Pedro Gómez Grimau, estrena en el teatro Onrubia de Buenos Aires,
la «Fantasía en verso y cuatro cuadros de Santos Vega» escrita por el
actor.7 En la década del veinte, se conoce el
poema gauchesco-teatral «Santos Vega», de Serviliano Molina, que
conserva los personajes y la adaptación de Espíndola. En 1964 se escribió
«Estampas de Santos Vega» , versión realizada por Miguel Ángel Gani.7
Antonio Pagés Larraya en 1954 ganó el Primer Premio Municipal de teatro por
su obra de teatro «Santos
Vega, el payador».
Otros
En San Clemente del Tuyú, Buenos Aires, cada año se lleva a cabo el
«Encuentro Santosvegano de Payadores».
En General Lavalle, Buenos Aires, se desarrolla la «Fiesta Nacional Semana
de Santos Vega» desde 1948, evento cultural que desde 1981 se lleva a cabo
en el parque del Museo Regional Santos Vega. Fue declarada
Fiesta Provincial en 1989 y en 1998 se convirtió en Fiesta Nacional.
Declarada de Interés Turístico Nacional en 1997.
En Villa Gesell se realiza la «Fiesta Provincial por las Huellas de Fierro y
Vega».
Walter Ciocca llevó el mito a la
historieta, publicada alrededor de 1948 en forma de tira diaria por el
diario La Razón. Fuente
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