Durante su reinado fueron
conquistadas y arrebatadas a los musulmanes, en el marco de la Reconquista,
entre otras plazas, las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jaén y Murcia,
obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes, que, al finalizar
el reinado de Fernando III el
Santo, únicamente poseían en la Península Ibérica las actuales
provincias de Huelva, Cádiz, Málaga, Granada y Almería.
Fue canonizado en 1671, siendo
papa Clemente X, y reinando en España Carlos II.
Orígenes familiares
Hijo de Alfonso IX de León y de su segunda esposa, la reina Berenguela I de
Castilla. Por parte paterna era nieto de Fernando II de León y de su esposa,
la reina Urraca de Portugal. Por parte materna eran sus abuelos el rey
Alfonso VIII de Castilla y su
esposa, la reina Leonor de Plantagenet.
Fueron sus hermanos, entre otros, el infante Alfonso de Molina, padre de la
reina María de Molina, esposa de Sancho IV el Bravo, y las infantas Sancha y
Dulce.
Biografía
El Papa Inocencio III declaró nulo en 1204 el matrimonio de sus padres,
Alfonso IX y Berenguela, alegando el parentesco de los
cónyuges, tras lo cual Berenguela volvió a la corte de su padre (el rey
de Castilla) con todos sus hijos. Tras la temprana muerte del rey de
Castilla Enrique I, hermano menor de su madre y la abdicación de ésta, es
nombrado rey de Castilla el 1 de mayo de 1217, en un acto realizado en
Nájera. Nada más tomar posesión de la corona, tuvo que enfrentarse a una
revuelta nobiliaria, encabezada por la casa de los Lara y fomentada por el
vecino Reino de León.
Contrae
matrimonio con Beatriz de Suabia (1219). A partir de 1224, aprovechando
las discordias surgidas entre los almohades a la muerte de Abu Yacub Yusuf,
dedicó su esfuerzo a dirigir las campañas de conquista de los territorios
dominados por los musulmanes, combinando hábilmente las acciones
diplomáticas con beneficiosas intervenciones bélicas aprovechando las
discordias existentes en los distintos reinos musulmanes. Así, entre 1225 y
1227 las tropas castellanas se hacen con Andújar, Martos y Baeza, lugares
clave para la conquista de Andalucía.
A la muerte de su padre, Alfonso IX, rey de León, en 1230, los partidarios
de Fernando no respetaron su testamento, reivindicando el trono de León, que
el rey, su padre, había legado a Sancha y Dulce, hijas de su matrimonio con
Teresa de Portugal. Tras una reunión entre las dos reinas consortes, Teresa
de Portugal y Berenguela de Castilla, se firma la Concordia de Benavente, en
el que se declara la inviabilidad del testamento de Alfonso IX y el traspaso
de la corona de León a Fernando a cambio de una compensación económica a
Dulce y Sancha, que incluía la cesión de tierras que se reincorporarían a
Castilla cuando éstas
murieran. De ese modo se unieron dinásticamente -siguieron conservando
Cortes, leyes e instituciones diferentes- León y Castilla en la persona de
Fernando.
Tras lograr la unión de sus reinos, se dedica de manera sistemática a la
conquista del valle del Guadalquivir. En 1231 tomó la plaza de Cazorla en
Jaén, junto al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Las fuerzas
reales se adueñan posteriormente de la campiña cordobesa y de forma
inesperada se apoderan de la capital cordobesa en 1236. En 1240 se apoderó
de Lucena. En 1243, el rey del taifa de Murcia se sometió a vasallaje y poco
después su hijo, el Infante Alfonso, ocupó el reino murciano de forma
pacífica. En 1244, se establecen las fronteras con el Reino de Aragón en
el tratado de Almizra, asignando al reino de Castilla las plazas de
Orihuela, Elche y Alicante. Este mismo año, sus súbditos Rodrigo González
Girón y el Maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, se apoderan de los
últimos reductos murcianos: Cartagena, Lorca y Mula.
Desde entonces fue avanzando por el Guadalquivir. Jaén es conquistada tras
años de ataques en 1246, y en noviembre del año 1248 se apodera de Sevilla,
tras quince meses de asedio y con el auxilio del marino Ramón de Bonifaz, a
quien el rey había encargado en 1247 la formación de una flota con naves
procedentes del Cantábrico y con la que habría de remontar el río
Guadalquivir y completar el cerco sobre la
ciudad. A la toma de Sevilla siguió la de Medina Sidonia y Arcos de la
Frontera, entre otras. Cuando falleció en 1252, preparaba una expedición
contra el norte de África, tratando de evitar las posibles amenazas que
pudieran proceder de esa zona.
Labor política
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y
leonés, promovió la traducción del Fuero juzgo e impuso el castellano como
idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas
tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles,
lo que dio lugar a la formación de
grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y
León. Se esmeró por que en su Corte se le diera importancia a la música y al
buen hablar literario (su hijo el rey Alfonso el Sabio será un gran literato
y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre
tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).
Sepultura de Fernando III
el Santo
El
cadáver del rey Fernando III el Santo recibió sepultura en la Catedral
de Sevilla, tres días después de su fallecimiento.2 El soberano había
dispuesto que su cadáver recibiese sepultura al pie de la imagen de la
Virgen de los Reyes, que se supone le regaló el rey San Luis de Francia a
Fernando III.
Había ordenado además que su sepultura fuera sencilla, sin estatua yacente.
No obstante, tras la muerte del rey, su hijo Alfonso X el Sabio ordenó
realizar los mausoleos de sus padres, revestidos de plata, y las efigies
sedentes que les representaban, recubiertas de metales preciosos y piedras
preciosas, contraviniendo así el deseo de su padre.2 Delante de la imagen de
la Virgen de los Reyes, donada por Fernando III el Santo a la Catedral de
Sevilla, fueron colocadas las efigies de Fernando III y de su primera
esposa, la reina Beatriz de Suabia, que aparecían vestidos, sentados en
sillones chapados de plata y bajo baldaquinos de plata dorada. La imagen
sedente de Fernando III se hallaba coronada por una corona de oro y piedras
preciosas. Las imágenes de Alfonso X y Beatriz de Suabia portaban sendas
coronas de oro y piedras preciosas. Las piedras preciosas fueron confiscadas
por su descendiente, el rey Pedro I el Cruel durante la Guerra de los dos
Pedros, en el siglo XIV, argumentando el soberano que no se hallaban
suficientemente protegidas.
El monarca aparecía portando en la mano derecha la espada con la punta hacia
arriba, estando la espada adornada con un rubí y una esmeralda. En el
dedo índice de la mano izquierda, en la que sostenía la vaina de la
espada, adornada con pedrería, llevaba un anillo de oro con una rubí de
considerable tamaño. Dicho anillo sería posteriormente colocado en la mano
de la Virgen de los Reyes, quien portaba, al igual que el Niño Jesús que
ella sostenía en sus brazos, una corona de oro con piedras preciosas, que
fueron donadas por Alfonso X el Sabio. Tras la muerte de Alfonso X el
Sabio, su efigie, del mismo estilo que las de sus progenitores, fue colocada
al lado de aquéllas. Los sarcófagos que contenían los restos de los reyes
fueron colocados a los pies de la imagen de la Virgen de los Reyes, y se
hallaban ornados con blasones en los que aparecían
castillos, leones y águilas, símbolo éste último de la Casa de
Hohenstaufen, de la que era miembro la reina Beatriz de Suabia. La efigie
que representaba a Fernando III se hallaba colocada en el centro de la
capilla y a la izquierda la de su esposa.2 Cuando Fernando III el Santo fue
canonizado en el año 1671, la imagen sedente del rey, del siglo XIII, fue
sustituída por otra realizada por el escultor Pedro Roldán, quien según
ciertas fuentes la realizó en pocos días, siendo después dorada y estofada
por una hija del pintor Juan de Valdés Leal.
En la actualidad, sobre un basamento de mampostería, colocado ante las
gradas del altar donde se sitúa la imagen de la Virgen de los Reyes, se
encuentra la urna de plata que contiene los restos de Fernando III el Santo.
En el basamento de mampostería que sirve de soporte a la urna se encuentran
colocados, en sus cuatro lados, cuatro epitafios, compuestos en arábigo,
latín, hebreo y castellano. La tradición sostiene que los cuatro epitafios
fueron compuestos por Alfonso X el Sabio,
hijo de Fernando III. El epitafio latino contiene la siguiente
inscripción:
"HIC JACET ILLUSTRISSIMUS REX FERRANDUS CASTELLAE, ET TOLETI, LEGIONIS,
GALLECIAE, SIVILLIAE, CORDUVAE, MURCIAE, ET JAENI. CONSTANTISSIMUS,
JUSTISSIMUS, STRENUISSIMUS, DETENTISSIMUS, LIBERALISSIMUS, PACIENTISSIMUS,
PIISSIMUS, HUMILLISSIMUS IN TIMORE, ET SERVITIO DEI EFICACISSIMUS. QUI
CONTRIVIT, ET EXTERMINAVIT PENITUS HOSTIUM SUORUM PROTERVIAM, QUI SUBLIMAVIT,
ET EXALTAVIT OMNES AMICOS SUOS, QUI CIVITATEM HISPALENSEM , QUAE CAPUT EST,
ET METROPOLIS TOTIUS HISPANIAE DE MANIBUS ERIPUIT PAGANORUM, ET CULTUI
RESTITUIT CHRISTIANO: UBI SOLVENS NATURAE DEBITUM TRANSMIGRAVIT ULTIMA DIE
MAII, ANNO AB INCARNATIONE DOMINI MILLESIMO DUCENTISIMO QUINCUAGESIMO II"
El epitafio de Fernando III el
Santo escrito en lengua romance dice así:
"AQUI YACE EL MUY ONRADO HERNANDO SEÑOR DE CASTIELLA, E DE TOLEDO, E DE LEON,
E DE GALICIA, DE SEVILLA, DE CORDOVA, DE MURCIA, DE JAHEN, EL QUE CONQUISSO
TODA España, EL MAS LEAL, EL MAS VERDADERO, EL MAS FRANCO, EL MAS ESFORZADO,
EL MAS APUESTO, EL MAS GRANADO, EL MAS SOFRIDO, EL MAS HOMILDOSO, EL QUE MAS
TEMIE A DIOS, EL QUE MAS LE FAZIE SERVICIO, EL QUE QUEBRANTO E DESTRUYO A
TODOS SUS ENEMIGOS, EL QUE ALZO E ONRO TODOS SUS AMIGOS, E CONQUISSO LA
CIUDAD DE SEVILLA, QUE ES CABEZA DE TODA ESPAÑA, E PASSO EN EL POSTRIMERO
DIA DE MAYO, EN LA ERA DE MIL E CC E NOVENTA"
EL EPITAFIO EN ÁRABE DICE: “Este es el túmulo del máximo Rey Don Fernando,
señor de Casilla y de Toledo, de León, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia y
de Jaén; muy agradable a Dios; que recuperó a toda España;
varón fidelísimo, veracísimo, constantísimo, justísimo, fortísimo,
óptimo, liberalísimo, mansísimo en su imperio, humildísimo; muy dado a Dios,
y a lo que era de su obsequio; del cual tuvo Dios misericordia en las horas
vespertinas del día viernes; el cual llenó de honra a todos sus escogidos
amigos; el cual finalmente conquistó la ciudad de Sevilla, que es cabeza de
toda España, y murió en ella; el que finalmente quebrantó y destruyó
totalmente la fuerza de de todos sus enemigos, cuyo tránsito fue en el día
20 del mes Rabie primero, en el año seiscientos y cincuenta de la Hégira”
EL EPITAFIO HEBREO DICE: “En este lugar está el sepulcro de del Rey grande
Don Fernando, señor de Castela y de Tolaitola, y de León y de Galicia, y de
Isbilia y de Cortova y de Murcia, y de Gien. Esté su alma en el Huerto Edén.
El que conquistó toda Sepharad (España), el Recto, el Justo, el prudente, el
Magnífico, el Fuerte, el Piadoso, el Humilde, el que temió a Dios y le
sirvió todos sus días; el quebrantó y destruyó a todos sus enemigos, y
ensalzó y honró a todos sus amigos, y conquistó la ciudad de Isbilla, que es
cabeza de toda Sepharad, y murió en ella en la noche del día segundo y
vigésimo día del mes de Sivan, año cinco mil y doce de la creación del
Mundo”.
La urna de plata que contiene los restos del rey fue realizada entre los
años por el orfebre jerezano Juan Laureano de Pina. Con motivo de la
canonización del rey en 1677, se decidió que sus restos reposaran en una
urna de plata. Fue comenzada en 1690 por el orfebre Juan Laureano de Pina,
aunque las dificultades financieras motivaron que su terminación no
finalizara hasta el año 1719, habiendo participado en su conclusión otros
orfebres, habiéndose empleado en su realización plata, plata sobredorada y
bronce. La urna exterior cubre la urna interior, con paredes de cristal, en
la que reposan los restos del soberano castellano-leonés. La urna, que se
considera la obra más relevante de la orfebrería barroca sevillana,
permanece cerrada habitualmente, aunque puede ser abierta para mostrar el
cuerpo de San Fernando, como se hace el día 30 de mayo, festividad de San
Fernando, en que es expuesto a la veneración de los fieles, abatiendo uno de
los laterales de la urna, lo que permite contemplar el interior de la
misma. En la decoración de la urna externa, que
protege la urna interior, se glorifican las virtudes del rey San
Fernando y la apoteósis de la monarquía española, acompañado por relieves
con motivos florales y vegetales.
Como curiosidad decir que entre la decoración barroca de la urna, aparecen
la corona del Santo Rey, y debajo un bastón y una espada cruzados que forman
un triángulo invertido, y justo encima de ellos la Corona, por lo que da la
impresión de formar el escudo del equipo de fútbol sevillano el Real Betis
Balompie, cuyos seguidores celebran los triunfos de su equipo bajo el
monumento al patrón de la Ciudad.
Exposición de la espada Lobera
El día 23 de Noviembre se realiza otro acontecimiento relacionado con
Fernando III. Ese día se conmemora la toma de Sevilla por parte del
santo-rey, y el alcalde de la ciudad saca su espada, Lobera, tomándola por
la punta (sólo el rey puede tomarla por la empuñadura), y recorre la
catedral con ella, seguido del cabildo, ante el pueblo, acompañado del
concejal más joven de la ciudad, que porta el llamado “pendón de Sevilla”,
un estandarte carmesí que representa a Fernando III sentado en un trono,
empuñando su espada y el orbe del mundo.
Matrimonios y
descendencia
Fernando III el Santo contrajo matrimonio en noviembre de 1219 en la ciudad
de Burgos con Beatriz de Suabia, hija de Felipe de Suabia, rey de Romanos y
duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del
Imperio Romano de Oriente, con la que tuvo diez hijos:
Alfonso X el Sabio (1221-1284), rey de Castilla tras la
muerte de su padre Fernando III. Contrajo matrimonio con Violante de
Aragón y Hungría, hija de Jaime I el Conquistador, rey de Aragón. Se
encuentra sepultado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla junto a sus
progenitores.
Fadrique de Castilla (1224-1277). Fue ejecutado en 1277 por orden de su
hermano, Alfonso X el Sabio. Fue sepultado en el desaparecido Convento de la
Trinidad de Burgos.
Fernando de Castilla y Suabia (1225–1248). Falleció durante la conquista de
Sevilla, en 1248.
Leonor de Castilla y Suabia (1226-¿?), falleció en su juventud.
Berenguela de Castilla y Suabia (1228–1279). Fue monja en el Real Monasterio
de Santa María la Real de Las Huelgas, de Burgos, donde fue sepultada a su
muerte.
Enrique de Castilla "El Senador" (1230-1303). Después de su estancia en
Túnez, fue nombrado Senador de Roma por el papa Clemente IV. Después de la
derrota gibelina en la batalla de Tagliacozzo, permaneció cautivo en
Italia durante veintiséis años, hasta su liberación en 1294, año en que
regresó a Castilla. A la muerte de su sobrino Sancho IV el Bravo fue
nombrado tutor de Fernando IV el Emplazado durante su minoría de edad.
Falleció en 1303 en Roa y fue sepultado en el desaparecido Monasterio de San
Francisco de Valladolid.
Felipe de Castilla (1231–1274). Arzobispo de Sevilla. Se encuentra sepultado
en la Iglesia de Santa María la Blanca de Villalcázar de Sirga, situada en
la provincia de Palencia, en compañía de su segunda esposa, Inés Rodríguez
Girón, fallecida en 1265.
Sancho de Castilla (1233–1261). Arzobispo de Toledo y Sevilla.
Manuel de Castilla (1234-1283),
Señor de Villena, Escalona, Peñafiel, Elche, Santa Olalla, Agreda, Roa,
Cuéllar, Chinchilla, Aspe y Beas. Era padre de Don Juan Manuel. A su muerte
fue sepultado junto con su esposa en el Monasterio de Uclés, sede de la
Orden de Santiago.
María de Borgoña y Suabia (1235-1235). Fue sepultada en la Colegiata de San
Isidoro de León.
Tras quedar viudo de su primera esposa, Beatriz de Suabia, Fernando III el
Santo contrajo matrimonio en la ciudad de Burgos en 1237 con Juana de
Danmartín. Fruto de su segundo matrimonio nacieron los siguientes hijos:
Fernando de Castilla y Danmartín (1238–¿?). Conde de Aumale y barón de
Montgomery. Falleció en Francia.
Leonor de Castilla (1240-1290). Contrajo matrimonio con Eduardo I de
Inglaterra, siendo madre de Eduardo II de Inglaterra. Fue sepultada en la
Abadía de Westminster.
Luis de Castilla y Danmartín. Señor de Marchena y Zuheros. Contrajo
matrimonio con Juana Gómez de Manzanedo.
Jimeno de Castilla (1244-¿?). Falleció en su juventud. Se supone que fue
sepultado en el Monasterio de Santa Fe de Toledo.
Juan (1245-1245). Murió recién nacido. Fue sepultado en la Mezquita-Catedral
de Córdoba.
Fernando III y la religión
El Papa Gregorio Nono lo llamó «Atleta de Cristo», y el Pontífice Inocencio
IV le dio el título de «Campeón invicto de Jesucristo».
El Papa Clemente X lo canonizó en 1671, siendo el segundo
rey español, considerando a San Hermenegildo como rey español, que es
elevado a la santidad. Su hijo Alfonso le sucedió en el trono como Alfonso
X, apodado el Sabio.
ORACIÓN A SAN
FERNANDO
Curiosidades
Otras fuentes sitúan su nacimiento en Bolaños de Calatrava, y no es del todo
descabellado pensar en ello. El castillo de dicha localidad tiene su nombre
y fue vendido (castillo y villa) a la Orden de Calatrava por su madre, Doña
Berenguela de Castilla.
Otra tradición apunta que el nacimiento de este rey habría tenido lugar
entre los
muros del Castillo de Burgalimar.
Patrón de las ciudades de Aranjuez, San Fernando de Henares, Villanueva del
Río y Minas y Sevilla en España, su efigie queda plasmada en el escudo de la
ciudad.
Patrón de la ciudad de San Fernando en Venezuela, su efigie también queda
plasmada en el escudo de la ciudad.
Patrón del municipio de Pivijay, Magdalena en Colombia.
Patrón del Arma de Ingenieros del Ejército de Tierra de España y de la
especialidad de Construcción del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del
ejército.
Patrón de la Universidad de La Laguna, aparece en su sello y escudo.
Patrón de la Organización Juvenil Española (O.J.E.)
En las representaciones pictóricas y escultóricas se le representa con una
espada desenvainada en una mano y una bola del mundo en la otra, símbolos de
su poder y su justicia.
El símbolo de su poder no es el cetro, como en las representaciones de otros
reyes, sino su espada Lobera.
El 30 de mayo es la festividad de San Fernando en su honor. Día de puertas
abiertas para visitar su cuerpo incorrupto en la Catedral de Sevilla, el
cual se encuentra en una urna funeraria de plata maciza realizada por el
orfebre Juan Laureano de Pina entre 1690 y 1701. Véase santoral.
Su primo hermano el rey Luis IX de Francia, hijo de su tía Blanca de
Castilla, también es Santo de la Iglesia Católica.
En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, cada 30 de mayo se realiza
un baile popular en su honor. El baile se llama Calendas de San Fernando
En la ciudad de San Fernando de Apure, Venezuela, existe un
monumento con su imagen a de pie. Es unas escultura de más de 7 metros
de altura.
El día 30 de mayo (día de San Fernando) se abre su tumba de plata por la
parte delantera pudiéndose contemplar su féretro ese mismo día se hace una
procesión por las calles del centro de Sevilla. Fuente
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