Historia
Nació el 4 de Noviembre de 1957, en el seno de su familia constituida por su
papá Héctor, su mamá Antonia, su hermana mayor Liliana y sus abuelos
maternos Emilia Kraus y Antonio Turecky.
A los pocos meses de nacida ya mostraba ser una beba prematura, porque, a
los dos meses tenía la dentadura completa, a los seis meses caminó, cuando
comenzó a hablar lo hizo correctamente sin media lengua. Fue
bautizada a los cuatro meses de vida en la Parroquia San Juan Bautista,
el 2 de marzo de 1958.
El día que cumplía 3 años y 5 meses, un 2 de abril de 1961, Adrianita se
quejó de de dolor de cabeza y estómago, sus padres la llevaron "caminando"
inmediatamente al médico, el cual le dijo que era una especie de empacho. Le
comenzaron a dar suero con otros medicamentos que le hicieron muy mal, tanto
que
Adrianita murio en ese momento, le masajearon el corazon y reaccionó,
volvió pero, había perdido la movilidad de su cuerpo, había quedado
paralítica debido a una mala praxis. Luego de este cuadro, sus padres
decidieron llevarla urgente al Hospital de Niños de Buenos Aires, alli
estuvo internada durante 56 días, en ese tiempo pasaron mas cosas increibles
pero reales.
Al séptimo día de internada, su madre entró en la sala de pulmotores y vió a
su hija mirandola y sonriendo, la tuvo que mirar dos veces porque no podia
creer lo que estaba viendo, ella dijo: "Mi
ángel tiene los ojitos en su lugar y la boquita con la más linda sonrisa
para su mamá". A raiz de la parálisis había quedado con los ojos y la boca
torcidos. Adrianita le confesó a su mamá estas palabras: "Mamita te tengo
que contar algo... esta noche vino una señora muy linda y me dijo que yo me
voy a curar y voy a caminar" - su madre le preguntó si era la enfermera,
ella respondio: "No mamita era la
virgencita"... - su mamá le pidio que le contara que paso - "estaba por
dormirme por que la enfermera apagaba las luces y en eso vi que al lado mio
había una señora alta con un vestido largo y el pelo también largo y una
cara muy linda, me sonreía y toda ella tenía luz, yo le pregunte quién era y
ella me contestó: "Soy la VIRGEN MARIA y vengo a acompañarte y decirte que
te vas a curar y a caminar pero no ahora". Entonces le pedí que se quedara
conmigo porque sin mi mamita yo me sentia sola, la virgencita se quedo otro
rato mas, se doblo sobre mi, me beso la frente y yo me dormi".
Después de lo sucedido Adrianita no era la misma, continuaba viendo a la
Virgen, y no existian mas paredes para ella, veia y sabia todo.
De pronto la comenzaron a llamar "La santita" en la sala donde se encontraba
internada, porque los niños que allí estaban en graves condiciones de salud,
se curaban. A los 56 días volvió a su casa moviendo unicamente el dedito
gordo de la mano izquierda. Para su familia, cambió abruptamente la vida. Su
madre en seguida la puso en tratamiento, nunca se quedo quieta, a donde
sabía que había algún tratamiento nuevo, allí llevaba a Adrianita, a la
distancia que fuera. Hasta llegó a comunicarse a través de la Embajada de
Rusia con Salud Pública de aquel lugar, porque se había enterado que en ese
país habían descubierto un tratamiento que curaba la parálisis, y lo trajo
aquí a la Argentina, no sólo para Adrianita sino para otros que tuvieran
problemas como ella. Con la parálisis de Adrianita se curaron muchos. Y así
fue a medida que pasó el tiempo, como le dijo la
Virgen María, llegó a caminar con su dificultad, pero sola.
Un día, le dice a su mamá que ella sufría mucho al ver a
Jesús clavado en la cruz, que sentía el dolor de los clavos en sus manos
y pies, y le pidió el crucifijo, quería con sus manitos inválidas sacarlo de
la Cruz y se durmió con el.
Cuando se despertó le cuenta contenta a su mamá que ya no sufre más por
Jesús clavado en la Cruz..."El bajó de la
cruz, sangraba, mucho y tenía un trapito nada mas, y me extendió la mano
y me hizo tocar los agujeros, y me dijo..."Adrianita: YO TE VOY A AYUDAR A
VOS Y VOS ME VAS A AYUDAR A MI".
Su madre no entendió en ese momento lo que la niña quiso decir.
Pasaban los días y Adrianita era feliz, siempre alegre y contenta. Era ya
tiempo de comenzar el colegio, fue al "Nuestra
Señora del Sagrado Corazón" de Florencio Varela. Era muy buena alumna e
inteligente, comenzó su primer grado con la señora Nora Villalba quien fue
muy buena maestra.
A las personas que ella quería les daba el nombre de "CORAZÓN",
a las hermanas Honorata y Loyola del colegio las bautizó de esta manera.
Termina el año 1964, Adrianita recibió en el colegio premios; era tan felíz,
siguieron las vacaciones, la pasaba en su casa gozando de sus juguetes,
animalitos, aire, sol, en el agua de su pileta de lona donde hacía sus
ejercicios.
En una oportunidad su mamá le preguntó crudamente: "¿Adrianita que sentis
cuando ves a otros niños saltar, correr y vos no podes?" Ella sin dejar de
sonreir le contesto, dejándola bastante avergonzada: "Mira mamita en primer
lugar yo no soy paralitica, no me siento así, ahora porque mi cuerpito esta
de esta manera, Dios sabe porque y para que y hasta cuando, yo me siento muy
bien, enferma no estoy, hago lo que hacen los demas chicos, voy al colegio,
no me cuesta estudiar, puedo coser y bordar, puedo hablar, cantar, ver con
mis ojos, las cosas lindas que
Dios puso sobre la tierra, ¡Tengo ganas de vivir! mi cuerpito esta
completo aunque medio "Cachuzo", tengo familia, no me falta nada mami, yo no
sufro, lo tengo todo y tengo algo que muy pocos pueden contar "el beso de la
virgencita en mi frente" y una mamá como vos, que estando al lado tuyo hasta
la parálisis desaparece, porque tus brazos son míos y tus piernas son mías".
Llego el día de cristo rey, Adrianita tenia 7 años y tomaba su primera
comunión en la Parroquia San Juan Bautista,
su hermana Liliana la llevó en su sillita de ruedas hacia el altar, llego el
momento de recibir a Jesus y lo hizo con mucho respeto y amor.
Continuó pasando el tiempo y Adrianita seguia yendo al colegio, empezo a
caminar cada vez más y sus estudios iban muy bien, era de destactar el buen
corazón y la bondad sin limites de la maestra Mirta Diaz de Bideberripe.
Adrianita sentia un respeto y veneración muy grande por ella.
Un dia su abuela Ema se enfermo bastante grave, Adrianita era su enfermerita
espiritual, se sentaba junto a ella y le hablaba de Dios, le contaba cosas
de la Biblia, la abuela la escuchaba y en ese momento la enfermedad
desapareció.
Cuanto bien hacian sus palabras, el mirar de sus ojos, toda su alma, daban
bondad y alegria. Se comentaba que parecía una virgencita. Era muy alegre a
pesar de su problema, los que lograron hablar con ella podían notar, por su
manera de conversar, que aparentaba ser una persona de mayor edad. El beso
que la virgen le había dado años atras iluminaba toda su personita, su
cuerpito estaba todo maltrecho, nada concordaba con nada pero, ella era
bella por su humildad y su alegría sin límites.
Entonces un día se fue a vacunar, ella no tenia problemas para hacerlo
puesto que anteriormente se había vacunado y nunca le hizo mal pero, esta
vez no fue asi, dado que esta vacuna no se encontraba en condiciones de ser
aplicada.
Adrianita falleció a raiz de esto a los 11 años de edad en su casa a las 4
de la madrugada del día Domingo 4 de mayo del año 1969. En ese momento, con
testigos presenciales, se observó en el cielo de Florencio Varela, por el
lapso de dos horas "Un corazón luminoso atravezado por una flecha y un
bastón de luz a un costado".
Allí su madre recién entendió por que Jesús le dijo a Adrianita: "YO TE VOY
A AYUDAR A VOS Y VOS ME VAS A AYUDAR A MI". DIOS desató su parálisis, le dió
libertad de ángel, le dió alas y una orden, COMUNICAR A LOS SERES HUMANOS
CON EL.
Sus restos descansan en una bóveda ubicada el Lote 4, Manzana 10, Sección B
del Cementerio Municipal de Florencio Varela.
Devoción
Sus restos se encontraban en un nicho del cementerio de Florencio Varela,
pero fueron trasladados a una bóveda ubicada a pocos metros de la entrada
del lugar. Este "Santuario"
fue donado por la Municipalidad, considerando la enorme cantidad de placas
agradeciendo milagros y curaciones. Todos los días del año hay un peregrinar
constante de gente que le lleva flores, recuerdos, golosinas y que depositan
sus pedidos en un pequeño buzón instalado por la familia.
Dentro de la bóveda se observa un enorme retrato sonriente de Adrianita,
rodeado de flores artificiales y naturales. El pequeño ataúd se encuentra
tras una vitrina de vidrio, dónde se acumulan juguetes, souvenirs, anillos,
hebillas de niña, cartas dejadas por los
creyentes, rosarios, cuadernos, estampitas de la Virgen y una serie de
fotografías que muestran diferentes momentos de su vida e inclusive existe
una que la muestra dentro del cajón durante su velatorio. Existe un montaje
fotográfico enviado a hacer por la madre donde se reconoce la clásica
representación del Ángel de la Guarda pero con el rostro de Adrianita. Hay
un buzón para depositar los pedidos y decenas de placas de bronce clavadas
sobre una de las paredes que dan testimonio del agradecimiento de varias
familias de la localidad. El día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre)
la bóveda recibe un constante desfile de gente que le acerca flores, se
detiene a rezar o a dejar una notita, etc. Todos afirman que la santita era
muy popular entre los pobres del barrio.
El Padre Juan Santolín († 2010) fue el que le dio la
Primera Comunión y quien rezó por ella cuando trasladaron el féretro. El
tenía una carpeta con fotos e imágenes de Adrianita, que podía ser parte de
la documentación necesaria para presentar en el Vaticano, reconoció que era
un proceso lento y difícil, dónde cada "milagro"
debía estar documentado para su estudio. A pesar de ser religioso pudo ver
que la fe de la gente no se detenía ante los trámites y creyo en el hecho
que Adrianita era una devoción popular.
La devoción no se trata de un culto, sino de una difundida devoción popular
practicada principalmente por gente adherente al catolicismo. Fuente
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