Biografía
Sus padres fueron Félix Núñez de Guzmán y Juana Garcés (llamada comúnmente
Juana de Aza, beatificada en 1828) y tuvo dos
hermanos, Antonio y Manés (este último, uno de los primeros beatos
dominicos).
De los siete a los catorce años (1176-1184), bajo la preceptoría de su tío
el arcipreste de Gumiel de Izán, Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación
moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en
Gumiel de Izán, despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.
De los catorce a los veintiocho (1184-1198) vivió en Palencia; seis cursos
estudiando artes (humanidades superiores y filosofía); cuatro,
teología; y otros cuatro como profesor del Estudio General de Palencia.
Al terminar la carrera de artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo
canónigo regular en la catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia,
cuando vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba
Castilla. Al concluir la teología en 1194, se ordenó sacerdote y fue
nombrado regente de la Cátedra de
Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.
Al finalizar sus cuatro cursos de Docencia y
Magisterio Universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su
cabildo, luego el obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de
canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la
misma.
En 1205, por encargo del rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al obispo de
Osma,
monseñor Diego de Acebes, como 'Embajador Extraordinario' para concertar
en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, realizó
viajes a Dinamarca y a Roma, decidiéndose durante ellos su
destino y clarificándose definitivamente su ya antigua vocación
misionera. Convencido de que los herejes cátaros debían ser convertidos al
catolicismo, comenzó a formar el movimiento de predicadores. De acuerdo con
el papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en
el Languedoc como predicador entre los cátaros, y en 1206 establece una
primera casa femenina en Prouille. Rehusó a los
obispados de Conserans, Béziers y Comminges, para los que había sido
elegido canónicamente.
Para reproducir los dogmas católicos entre los pueblos de otras
creencias, en 1215 establece en Tolosa la primera casa masculina de su
Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de
Tolosa se asocia a su obra. En septiembre del mismo año, llega de nuevo a
Roma en segundo viaje, acompañando del obispo de Tolosa, monseñor Fulco,
para asistir al cuarto
Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su orden, como
organización religiosa de canónigos regulares. De regreso de Roma elige con
sus compañeros la regla de San Agustín para su orden y, en septiembre de
1216, vuelve en tercer viaje a Roma llevando consigo la regla de San Agustín
y un primer proyecto de constituciones para su orden. El 22 de diciembre de
1216 recibe del
papa Honorio III la bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden
de Predicadores.
Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de agosto dispersa a sus
frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él
a Roma. Se dice que allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos
milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus
frailes. Meses después enviará los primeros frailes a Bolonia. A finales de
1218 regresa a Castilla a recorrer Segovia, Madrid y Guadalajara.
Por mandato del papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el
convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios
de Roma, para obtener para los frailes el convento y la Iglesia de Santa
Sabina.
En la fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la
orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las
constituciones. Un año después, en el siguiente capítulo celebrado también
en
Bolonia, acordará la creación de ocho provincias. Con su orden
claramente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento,
agotado físicamente, fallece el 6 de agosto de (1221) tras una breve
enfermedad, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia,
donde sus restos permanecen sepultados. En 1234 el papa Gregorio IX, lo
canonizó. La Iglesia Católica celebra su fiesta el 8 de agosto.
La ciudad capital de la República Dominicana (Santo Domingo de Guzmán) lleva
su nombre en honor a él.
Domingo de Guzmán contaba que veía a la Virgen sosteniendo en su mano un
rosario y que le enseñó a recitarlo; dijo que lo predicara por todo el
mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían
abundantes gracias. El santo se levantó muy consolado y abrazado de celo por
el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las
campanas para reunir a los habitantes.
Representación
iconográfica
Santo Domingo de Guzmán tiene asociado varios elementos relacionados con
su vida. Por ello se le representan con diferentes símbolos:
Perro con antorcha:
La Leyenda (primera biografía de Santo Domingo) narra una visión que su
madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera.
Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su
boca. Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la
intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio
Benedictino de las cercanías. Hizo una peregrinación al monasterio para
pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a
encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. En
agradecimiento, puso a su
hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos. Es un nombre muy
apropiado, por cuanto Domingo viene del Latín Dominicus, que significa "del
Señor". De Dominicus (Domingo) viene Dominicanus (Dominico, que es el nombre
de la Orden de Santo Domingo). No obstante, utilizando un juego de
palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y
canis (perro), significando "el perro del Señor" o el vigilante de la viña
del Señor)
En su carta Domingo del 4 de febrero de 1221 a todos los obispos de la
Iglesia recomendando la Orden de
Santo, el Papa Honorio III dijo que Domingo y sus seguidores habían sido
"nombrados para la evangelización del mundo entero". Y en otra
carta, esta vez dirigida a Domingo (18 de enero de 1221), el Papa les
llamaba pugiles fidei (caballeros de la fe, defendiéndola contra todo el que
se oponga a ella). Esto es lo que Domingo hizo durante toda su vida,
defender la fe con el ejemplo de su vida y con su predicación incesante
contra los herejes del Languedoc en el sur de Francia, y con su deseo de ser
misionero entre los no-cristianos.
Lila blanca:
Usualmente se le representa con unas lilas en su mano. El amor por la pureza
de Domingo fue tan perfecto que en su lecho de muerte, al hacer una
confesión pública en frente de sus hermanos, pudo decir: "Gracias a
Dios, cuya misericordia me ha conservado en perfecta virginidad hasta este
día; si deseáis guardar la castidad, evitad todas las conversaciones
peligrosas y vigilad vuestros corazones". Y entonces, sintiendo
remordimiento, dijo a Fray Ventura, Prior de Bolonia: "Padre,
temo que he pecado hablando de esta gracia delante de los hermanos". La
pureza de su alma y el deseo de que sus hijos le imitasen le llevaron a
hacer esa revelación.
Estrella:
Se nos dice en la misma Leyenda que durante el bautismo de Domingo apareció
una estrella sobre su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo
fue como un faro guiando almas hacia Cristo. Desde sus años de estudiante en
Palencia, España, donde vendió sus valiosos libros para conseguir dinero
para ayudar a los pobres que estaban sufriendo por una gran sequía, y donde
llegó a ofrecerse él mismo a ser vendido como
esclavo para redimir a cristianos cautivos por los Moros, a aquella
noche, en un viaje a Dinamarca, que pasó en conversación con el hospedero
hereje, atrayéndole por fin otra vez a la fe verdadera, a su etapa en el
Languedoc, donde pasó los mejores años de su vida, hasta su enseñanza y
predicación, hasta la fundación de su Orden, Santo Domingo fue siempre una
estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.
La Cruz, el Estandarte, el Santo Rosario:
-La Cruz de dos brazos (llamada "patriarcal") es un símbolo de los
fundadores de grandes familias religiosas ("patriarcas") o de importantes
comunidades cristianas que han dado origen a otras muchas. Se usa para Santo
Domingo porque él fue el primero en sacar al monje del monasterio a la
ciudad, convirtiéndole en
apóstol: un religioso sin dejar de ser un monje. Otras órdenes fueron
fundadas inmediatamente después de los Dominicos o casi simultáneamente,
como los Franciscanos, y todos siguieron la misma pauta. Fue mucho después,
en el siglo XVI, cuando aparecieron las Congregaciones dedicadas al trabajo
apostólico, pero sin observancias monásticas.
-El
Estandarte con el emblema Dominicano es el "escudo de armas" de Santo
Domingo. Blanco y negro: pureza y penitencia, muerte y resurrección,
combinando el ideal Dominicano de mortificación y alegría, renuncia al mundo
y posesión de Cristo. Su lema es "Laudare, Benedicere, Pradicare" que
significa "Alabar,
Bendecir,
Predicar".
-En cuanto al Rosario, la explicación es obvia. Santo Domingo fue el
fundador del Rosario, un regalo de María para ayudarle en su trabajo para la
conversión del mundo.
El libro y la Iglesia:
En algunas representaciones, Santo Domingo sostiene un libro en su mano
izquierda. El libro representa la
Biblia, que era la fuente de la predicación y espiritualidad de Domingo.
Era conocido como el Maestro Domingo por el grado académico que obtuvo en la
universidad de Palencia, España. Sus contemporáneos nos dicen que en sus
viajes por Europa siempre llevaba consigo el Evangelio de San Mateo y las
Cartas de San Pablo. Esto hace referencia a la
visión que tuvo en una de sus noches de vigilia. Mientras Domingo oraba, los
Santos Pedro y Pablo se le aparecieron. San Pedro llevaba consigo el
Evangelio, y Pablo sus Cartas, con este mensaje: "Ve y
predica, porque has sido llamado para este ministerio". Esta visión le
reafirmó en su vocación de continuar siendo un "Predicador Itinerante", no
solo en el sur de Francia sino también en todo el mundo por medio de su
Orden, la "Orden de Predicadores".
A veces, sobre el libro hay una iglesia. Esta iglesia representa la Basílica
Laterana, la "Madre Iglesia" universal.
Santo Domingo tuvo que enfrentarse con muchos obstáculos legales para que el
Papa aprobara su nueva Orden. De acuerdo con la
leyenda, el Papa Inocencio III, Santo Domingo y San Francisco tuvieron
un sueño. Cada uno de ellos vio que la Basílica Laterana estaba comenzando a
derrumbarse, y a dos frailes, uno en hábito blanco y el otro en un hábito
marrón, colocándose ellos mismos como columnas para evitar el colapso total.
Domingo se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito blanco, pero no
sabía quién era el otro fraile. De igual modo, Francisco de Asís se
reconoció a sí mismo como el fraile del hábito marrón, pero desconocía quién
era el del hábito blanco. Para Inocencio III el sueño era un rompecabezas y
un misterio. El día siguiente, cuando Domingo iba a ver al
Papa sobre la aprobación de su Orden, se encontró a un fraile joven
vestido con un hábito marrón. Mirándose mutuamente, cada uno reconoció al
otro como el compañero que ayudaba a soportar la Basílica Laterana, y se
abrazaron en medio de la calle. Después fueron juntos a ver al Papa, y éste
comprendió inmediatamente el significado de su sueño: "Las
Órdenes de estos dos gran hombres serán como columnas que salvarán a la
Iglesia de su destrucción".
Las tres mitras:
También se representa a Santo Domingo con tres mitras, pues alude al
ofrecimiento que le hicieron de tres episcopados, pero los rechazó porque
quería dedicarse a los pobres.
Reliquias
Si bien el cuerpo de
Santo Domingo de Guzmán permanece en su Basílica de Bolonia, existen
numerosas reliquias de él a lo largo y ancho del mundo. En enero de 2007 la
Vicaría de Roma concedió una de primera clase y que puede encuadrarse dentro
de la tipología de las ex osibus a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
Nazareno de Alhaurín el Grande (Málaga) en atención a los profundos lazos
históricos y devocionales que unen a la Orden Dominicana con esta
corporación nazarena. Esta reliquia es procesionada cada
Viernes Santo junto a otra de San Roque en un relicario doble situado en
el frontal del trono de María Santísima del Mayor Dolor, Sagrada Titular de
esta Hermandad. Fuente
ORACIÓN A SANTO
DOMINGO
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