En 1894 tuvo un altar
dedicado a él en la capilla de las Religiosas Mínimas con su estatua.
En 1897, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova, publicó el
Triduo en honor de san Expedito.
San Expedito no figura en ninguna de las ediciones del Martirologio romano
promulgado en 2001, que tiene la caraterística de ser exahustivo ―es decir,
que no se limita a incluir los santos y beatos que venera la Iglesia
católica, sino que los que no incluye es porque no están admitidos como
tales―. Por ese motivo, aunque la devoción popular al santo esté muy
arraigada, no se le puede considerar santo de la
Iglesia católica.
El cuestionamiento a la historicidad de san Expedito es ya muy antiguo, y en
realidad se había retirado del culto en 1969, pero puesto que muchos de los
retirados en ese momento de hipercrítica documental luego volvieron a
incluirse (como los Cuatro santos coronados y otros), es conveniente fijarse
más bien en la edición última, que no sólo es la vigente, sino más moderada
en sus criterios históricos.
La edición castellana de 1964 del Butler lifes of saints (trad. W. Guinea,
México, 1964), trae el 19 de abril un breve artículo explicando algunos
aspectos de la
historicidad (es decir, de la no historicidad) del santo, y por qué no
puede considerarse válida la inclusión de su nombre entre los santos de
Melitene. Esa noticia se basa a su vez en Delehaye.
Posiblemente, y dada la difusión y el hecho de que en muchas iglesias
católicas sigue habiendo imágenes y se le sigue tributando culto público
informal (no litúrgico), deba considerarse como el culto a san Carlomagno,
es decir «tolerado, no admitido».
Santo patrón
Debido a su nombre (que en español significa ‘rápido’), la devoción popular
lo considera
patrono de las causas urgentes,
abogado de las causas imposibles (un título que comparte con santa Rita y
san Judas Tadeo),
protector de los militares, los
estudiantes, los jóvenes y los viajeros,
patrono de las causas legales demasiado prolongadas.
Es un santo reconocido por los fieles católicos aunque no aparece en la
liturgia católica. Su acta de canonización no ha sido revisada por la
Iglesia Católica Romana, y su fiesta del 19 de abril no se celebra
ampliamente.
No aparece en el actual calendario litúrgico porque nada se sabe de su vida.
Origen del mito
Se cuestiona la existencia de este Expedito.
En 1781, llegó una caja con reliquias no identificadas a un convento de
monjas en París. El remitente de la caja (desde la misma ciudad) había
escrito sobre la caja «spedito» (‘expreso’). Las reliquias se habían
desenterrado de las catacumbas de la plaza Denfert-Rochereau) probablemente
para acelerar el correo. Las
monjas supusieron que las reliquias pertenecían a un tal «san Spedito».
El Martirologio romano nombra efectivamente a un mártir desconocido llamado
Expediti: «Melitinae, in Armenia, sanctorum Martyrum Hermogenis, Caji,
Expediti, Aristonici, Rufi et Galatae, qüi omnes una díe sunt coronati». En
Melitene, en Turquía, los santos mártires Hermógenes, Cayo, Expedito,
Aristónico (santo), Rufo y Gálata.
Las monjas supusieron que este «santo Spedito» habría sido el mártir que
aparecía en el Martirologio, oraron por su intercesión, y cuando sus
oraciones se vieron rápidamente respondidas, la veneración de estos restos
se expandió por toda Francia.
Pronto se le adjudicó una fecha (siglo IV), para darle verosimilitud.
Incluso un diario chileno en internet (en 2008) lo hace contemporáneo de
santa Filomena, y afirma que murió en el año 303.7
Hagiografía
Desde fines del siglo XVIII —quizá desde antes— se generó una historia
acerca de este santo desconocido. Habría sido comandante de la XII legión
romana (de sobrenombre "Fulminante", debido a una hazaña bélica que la
volvió célebre) y acuartelada en el distrito de Melitene (en Capadocia), hoy
Malatya (Turquía), sede de una de las provincias romanas de Armenia, a
finales del siglo III. La legión estaba formada en su mayoría por soldados
cristianos. Su función principal era defender las fronteras orientales de
los territorios invadidos por los romanos contra los ataques de los
asiáticos
Antes de su conversión al
cristianismo, Expedito tenía una vida disipada.
En el momento de su conversión se le apareció un cuervo (ave que representa
al demonio), el cual lo seducía a no convertirse al cristianismo al grito de
«cras cras cras», que en latín significa ‘mañana’. Expedito respondió: «¡Hodie
hodie hodie!», que significa ‘¡hoy!’ y luego aplastó al cuervo con el pie
izquierdo.
Una vez convertido, predicó a toda su tropa y los acercó al cristianismo.
Eso provocó la ira del emperador
Diocleciano. La importancia de su puesto hacía de él un blanco especial
del odio del emperador. Fue flagelado hasta sangrar y después decapitado con
espada un 19 de abril.
Otra leyenda no datada
Según una leyenda de datación desconocida, san Expedito era comandante de la
Legión XII Fulminata; ello significa que era un tribuno militar, es decir un
oficial militar dentro de la organización estatal del imperio, con mando
sobre un cuerpo de tropas que le dependía directamente. La legión de san
Expedito estaba desplegada en
Armenia y alternaba su misión principal de luchar contra los pueblos que
el Imperio romano consideraba bárbaros y custodiar los confines del imperio,
con otras tareas que realizaban las tropas de ocupación romanas.
Cuenta la tradición que la legión XII venía luchando desde hacía tiempo bajo
las órdenes de su comandante, y que se encontraba ya sin alimentos, agua, ni
provisiones, en un territorio bajo control del enemigo. Fue así como
tuvieron que dar batalla sin tener las energías para hacerlo. Expedito
intentó levantar la moral de sus legionarios hablándoles, pero nada logró
esta vez. Sin fuerzas, ni provisiones, ni alimentos y con el enemigo en las
proximidades ya nada podía hacerse. Sin embargo, en ese momento, los
soldados romanos que habían visto muchas veces como procedían los cristianos
cuando debían enfrentar la muerte que ellos mismos les causaban, obraron de
forma similar. Para sorpresa de su comandante, los soldados comenzaron a
elevar sus brazos hacia el cielo, pidiendo ayuda a ese
Dios único de los cristianos del que habían escuchado hablar y que
sabían que realizaba milagros. Pero más sorprendidos resultaron sus
enemigos, que jamás habían visto una legión completa realizando aquel gesto
y rogándole a Dios en pleno campo de batalla. Mientras el enemigo atónito y
sin entender lo que estaba sucediendo se detenía, todo el cielo se oscureció
y descendió sobre el campo de batalla un tremendo vendaval de viento y agua
que cubrió tanto a los combatientes como a sus animales de carga y de lucha.
Fue en estas circunstancias que la legión entera logró recomponerse y
aprovechando la situación pudo salir victoriosa de esa contienda.
Luego de la batalla, muchos soldados se convirtieron a la fe cristiana; sin
embargo Expedito seguía sin comprender lo que ocurría, aunque su
corazón sabía que Dios lo estaba llamando, y que se había acordado de él
y de sus hombres en las críticas circunstancias descritas. Su puesto en el
ejército no era compatible con la conversión al cristianismo, ya que esto
significaba un abierto desafío a la autoridad del emperador. Al enterarse el
emperador Diocleciano de estos hechos envió órdenes para que se pusiera fin
de inmediato a lo que consideraba una revuelta militar. Aunque muchos de sus
soldados y amigos se habían convertido, Expedito continuaba con dudas: no se
decidía entre su carrera militar y el llamado que indudablemente estaba
recibiendo desde los cielos. Finalmente, un día Expedito decidió cambiar de
vida y convertirse. En ese momento, es cuando se le aparece el Espíritu del
mal en forma de cuervo y le grita en
latín «¡Cras, cras, cras!» (mañana, mañana, mañana’), con la intención
de prolongar su indecisión y evitar su conversión. Pero Expedito reaccionó
enérgicamente aplastando al cuervo con un pie, gritando: «¡Hodie, hodie,
hodie!» (‘hoy, hoy, hoy’).
Es entonces cuando Expedito decidió ser cristiano. Luego de su conversión,
comenzó a proteger a los cristianos que eran llevados a los circos romanos
para ser devorados por leones. Pero el emperador no podía tolerar que un
comandante de legión desafiara sus leyes y que se hubiera convertido al
cristianismo. Por esta razón fue detenido e interrogado, junto con otros
compañeros de armas que también se habían convertido a la fe. El 19 de abril
del año 303, Expedito fue sacrificado por orden del emperador en Melitene,
junto con Cajo, Gálatos, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Se impuso la pena de
flagelación, se le dio a los reos la oportunidad de arrepentirse y,
posteriormente, como se rehusaron fueron decapitados.
El nombre de san Expedito
El nombre de
san Expedito tiene también connotaciones militares. En la lengua
castellana, expedito es un adjetivo (que deriva del latín expeditus) que
hace referencia a estar libre de todo estorbo y pronto para obrar. Pero en
la antigua Roma se decía que cuando los soldados marchaban solamente con sus
armas y sin su carga, lo hacían expediti o in expeditionem. Por el
contrario, cuando marchaban con su impedimenta, que incluía saco para
dormir, utensilios para comer, efectos personales, útiles dezapa,
herramientas y víveres, lo hacían impediti. También, se utilizaba el término
expediti para hacer referencia a aquella formación de la legión que le
permitía operar como infantería ligera y con velocidad en sus movimientos.
Se cree que es de aquí de donde deriva el nombre de san Expedito, o que
inició su carrera militar en una unidad que operaba siguiendo estos
parámetros, y que de ella habría obtenido su nombre.
ORACIÓN A SAN
EXPEDITO
Iconografía
Las imágenes de san
Expedito lo presentan con ropa de legionario, vestido de túnica corta y
de manto tirado hacia atrás de los hombros (a la moda militar romana), y con
postura marcial. En una mano sostiene una palma, en la otra una cruz que
ostenta la palabra hodie (‘hoy’, en latín, en referencia a la conocida
leyenda). Pisa con el pie izquierdo un cuervo que grita «cras» (‘mañana’ en
latín).
Iglesias en el mundo
Existen
iglesias de san Expedito en todo el mundo:
Alemania
Argentina
Austria
Brasil
Chile
Colombia
EE. UU.
España
Filipinas
Francia
Isla Reunión
México
Nicaragua
Rusia
Turquía
Uruguay (Acevedo Díaz entre Nicaragua y Miguelete, ciudad de Montevideo).
Venezuela. Fuente
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