La casa donde nació el
santo, en el barrio medieval de la
Alfama, fue destruida completamente en el terremoto que arrasó Lisboa el
1 de noviembre de 1755 y sólo se conserva un pequeño sótano.
Su vida
Se educó en la escuela catedralicia local. Contrariando los deseos de su
familia, Fernando ingresó en la abadía agustina de San Vicente en las
afueras de Lisboa. Los
monjes de la orden de San Agustín, de la cual él era miembro, eran
famosos por su dedicación a los estudios. Fernando estudió las
Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia
católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio Magno y
Bernardo de Claraval. También estudió los clásicos latinos, como Ovidio y
Séneca. Tras obtener el permiso de sus superiores religiosos, se trasladó a
la abadía de la Santa Cruz en Coímbra, para continuar sus estudios.
En el verano de 1220 cambió de orden y se hizo franciscano. En ese momento
adoptó el nombre de Antonio en honor de san Antonio Abad a quien estaba
dedicada la ermita franciscana en la que él residía. En la fiesta de
Pentecostés de 1221 miles de frailes (Antonio entre ellos) se congregaron en
Asís, episodio que ha pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras
ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras.
Una vez concluida la reunión, el provincial de Bolonia,
Fray Graziano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo
de Montepaolo para que sirviera como sacerdote. Durante este período
comienza su carrera como predicador viajando por todo el norte de Italia y
el sur de Francia contra las herejías. Su primer campo de acción apostólica
fue la Romaña donde le tocó enfrentarse al catarismo. Antonio enfermó de
hidropesía y, en 1231, fue de retiro al bosque Camposampiero con otros dos
frailes para darse un respiro y tomar nuevos aires. Allá Antonio vivió en
una celda construida por él mismo bajo la ramas de un nogal. Murió el 13 de
junio de 1231 en el convento de las Clarisas Pobres en Arcella en el camino
de regreso a Padua a la edad de 36 años.
Canonización
San Antonio de Padua es la persona más rápidamente canonizada por la
Iglesia católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de
1232. Antonio de Padua es el patrón de Lisboa, de Padua, donde permanecen
sus restos, y de numerosas otras ciudades, como en San Antonio, Chile, San
Antonio de Pichincha (Ecuador), San Antonio de Padua de la Concordia
(conocida simplemente como Concordia, provincia de Entre Ríos) e Ingeniero
Maschwitz (Buenos Aires), en Argentina, San Antonio de los Altos, Venezuela,
Herrín de Campos, Valladolid, España , Huatusco (Veracruz) y
Quetzalapa,Mexico y Dabajuro Venezuela. Es especialmente invocado por los
católicos en diversas ocasiones o motivos debido a la cantidad enorme de
milagros que se le atribuyen por intercesión suya.
ORACIÓN A SAN
ANTONIO DE PADUA
Numerosos episodios sobrenaturales le son atribuidos, como la bilocación,
ser entendido y comprendido por los peces cuando las personas despreciaron
sus predicaciones o de cargar en sus brazos al niño
Jesús durante una noche.
En 1263, la ciudad de Padua le dedicó una basílica que conserva sus restos.
Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su
cadáver fue abierto. Se cuenta que aunque todo su cuerpo estaba ya corrupto
la lengua no, lo que provocó una nueva oleada de devoción y la admiración de
otros personajes católicos como Buenaventura
de Fidanza.
Fue proclamado Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946.
En Portugal, Brasil, Perú y algunas partes de América Latina es reconocido
como el santo de los matrimonios y el día de su fiesta (el 13 de junio) las
muchachas solteras tienen la costumbre de comprar una pequeña imagen de
San Antonio y colocarla al revés como castigo hasta que hayan encontrado
un buen marido. Esta curiosa tradición ha sido retratada muchas veces en la
cultura popular portuguesa y latinoamericana, aunque la
Iglesia Católica la ha calificado como "superstición". Fuente
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