Introducción
Pablo no debió cambiar su nombre al convertirse al cristianismo, ya que como
ciudadano romano y nacido en Tarso, además de ser judío tenía gran
influencia de la cultura helenística y romana, por lo que como todo romano
de la época tenía un praenomen relacionado con una característica familiar
(Saulo, su nombre judío), y un cognomen que se asocia a una característica
física (Paulus, que es su nombre romano).1
El conocimiento de la cultura helénica —hablaba fluidamente tanto el griego
como el arameo— le permitió predicar el Evangelio con ejemplos y
comparaciones comunes de esta cultura por lo que su mensaje fue recibido en
territorio griego claramente y esta característica marca el éxito de sus
viajes fundando comunidades cristianas.
Pablo es considerado por muchos cristianos como el discípulo más
importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó a conocerlo, y, después de
Jesús, una de las personas más importantes para el cristianismo; como
también fueron Pedro y Juan.
Pablo es reconocido por los cristianos como un
Santo. Hizo mucho para introducir el cristianismo entre los gentiles y
es considerado como una de las fuentes significativas de la doctrina de la
primitiva iglesia cristiana.
Biografía
Nació entre el año 5 y el año 10 en Tarso, en la región de Cilicia, en la
costa sur del Asia Menor (la actual Turquía). La ciudad de Tarso tenía
concedida la ciudadanía romana por nacimiento (Hechos 22:22-29). Por lo que
Pablo era ciudadano romano pese a ser hijo de judíos.
Hijo de hebreos y descendiente de la tribu de
Benjamín, en su adolescencia es enviado a Jerusalén, donde estudió con
el famoso rabino Gamaliel (Hch 22, 3). Tuvo una educación mucho mayor que
los humildes pescadores que fueron los primeros apóstoles de Cristo.
Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de los cristianos bajo la
influencia de los fariseos. De hecho él fue de los que participó y asintió
en la ejecución de
San Esteban, el primer mártir (denominado protomártir) de la iglesia de
aquel entonces, quien fue víctima de lapidación no como consecuencia de la
barbarie de la multitud, sino como cumplimiento de una ejecución judicial,
pues Saulo contaba con la venia de Roma. En el año 36, camino a Damasco,
tuvo una visión y se convirtió al cristianismo. Según el libro de los Hechos
de los Apóstoles y las epístolas paulinas fue gracias a una aparición de
Cristo camino de la ciudad de Damasco, después de la cual pide ser
bautizado.
Comenzó su actividad de
evangelización cristiana en Damasco y Arabia. Es perseguido por los
judíos y huye a Jerusalén, donde es visto por Bernabé quien lo lleva con
Pedro y con Santiago en el año 36 (La Biblia no especifica el nombre de los
apóstoles. Ver Hechos 9: 27. Contexto de la cita Hechos 9: 26-28). Huye de
Jerusalén, escapando de los
judíos de habla griega. Se lo llevan a Cesárea y es enviado a refugiarse
en Tarso.
Bernabé acude a Tarso y se va con Pablo a Antioquía, donde pasaron un año
evangelizando. Antioquía se convierte en el centro de los cristianos
convertidos desde el paganismo. Aquí surge por primera vez la denominación
de cristianos para los discípulos de Jesús.
La conversión
En las
obras de arte y en la creencia popular se tiene la imagen de que Pablo
se cayó de su caballo, cuando ni en las epístolas ni en los Hechos de los
Apóstoles se menciona una caída de un caballo y, es más, pudiera tratarse de
un anacronismo.
"Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor,
vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a
fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese
presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca
de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y
cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy
Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y
el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes
hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la
verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y
abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le
metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió."
Hechos 9:1-9
En sus epístolas no da detalles sobre este hecho, pero sí afirma que
perseguía a los cristianos y que se le apareció Jesús "Posteriormente,
después de todos, se me apareció también a mí, como un abortivo" (1
Corintios 15; 8-9).
En cualquier caso, con independencia de si la visión en el camino de Damasco
fue
milagrosa o tiene explicación científica, el resultado es que Saulo de
Tarso, que se dedicaba a "perseguir sobremanera" y "asolar" con "celo" las
comunidades cristianas, según sus propias palabras (Gálatas 1; 13;
Filipenses 3; 6), tuvo un testimonio que lo marcó para el resto de sus días,
literalmente se pasó al enemigo para ser el principal difusor del
cristianismo arriesgando su vida, sufriendo encarcelamientos y,
finalmente, morir decapitado en Roma. Pablo fue fiel hasta la muerte al
testimonio que lo convirtió en uno de los apóstoles más efectivos de
Jesucristo.
Viajes misionales
A partir del año 46 comienzan los tres grandes viajes misioneros de Pablo:
En el primer viaje misional, junto con Bernabé y su primo Juan Marcos de
ayudante, parte de Seleucia, puerto de Antioquía, donde había predicado
durante un año, hacia la isla de Chipre, concretamente a Salamina. Este era
el primer lugar donde predicaban a los "no judíos", es decir, a los gentiles
o paganos.
En Pafos, se convierte al
cristianismo el procónsul romano Sergio Pablo, en su séquito se hallaba
el mago Elimas o Barjesús. Pablo y Bernabé, según las escrituras, predican
la palabra y el procónsul con su familia quiere convertirse, pero el mago lo
quiere impedir. Pablo llama al mago embustero, embaucador, empedernido, hijo
del diablo y enemigo de todo lo bueno, y deja a Elimas ciego. En ese momento
el procónsul cree. Después de esto toman un barco con el que abandonan la
isla de Chipre.
Es aquí donde Saulo comienza a ser llamado por su nombre romano Pablo que
significa "el más pequeño". Navegan hacia Perge, en la región de Panfilia.
Juan Marcos regresa a Jerusalén. Pablo y Bernabé continúan por el sur de
Galacia. Encuentran mala acogida por parte de los
judíos, y deciden dirigirse a los paganos, por los sitios nombrados
formaban comunidades y dejaban encargados para cuidarlas. A partir de estas
fechas, a los discípulos, también se les empezó a llamar cristianos. Los
nuevos cristianos llamados "no judíos" enviaban dinero a Jerusalén por medio
de Pablo y del apóstol Bernabé.
Los cristianos procedentes del judaísmo plantean la idea de que estos nuevos
cristianos deberían aceptar también las leyes
judías, como la circuncisión. Pablo decide plantear la cuestión en
Jerusalén a su regreso en el año 49, ante los apóstoles. Esto dio lugar al
primer concilio, el Concilio de
Jerusalén, del año 50. Triunfó la postura de Pablo, sobre no imponer
rituales judíos a los conversos gentiles.
En el segundo viaje misionero, Pablo se hace acompañar por Silas. Parten de
Antioquia, por tierra, hacia Siria y Cilicia, llegando al sur de Galacia. En
Listra, se les une Timoteo. Atraviesan las regiones de Frigia y Misia. Al
parecer, se les une Lucas el
Evangelista en la Tróade. Decide ir a Europa, y en Macedonia funda la
primera comunidad cristiana europea: la comunidad de Filipos. También en
Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Se queda durante año y medio en
Corinto, acogido por Aquila y Priscila, matrimonio judeo-cristiano que había
sido expulsado de Roma debido al edicto del emperador Claudio. En invierno
del año 51 escribe la primera carta a los tesalonicenses, el documento más
antiguo del Nuevo Testamento. Al año siguiente vuelve a Antioquía.
En primavera del año 54 inicia su tercer viaje misionero, estableciendo su
centro de operaciones en Éfeso, capital de Asia Menor. Permanece allí unos
tres años. Le llegan noticias de los conflictos surgidos en la comunidad de
Corinto. Escribe la primera carta a los corintios en el año 54 y la segunda
carta a los corintios a finales del 57. Atendiendo a los conflictos con los
judeo-cristianos, escribe las cartas a los filipenses (año 57) y a los
gálatas. Va a Corinto a finales del 57, donde pasa el invierno. Escribe la
carta a los romanos, en la primavera del 58. Vuelve entonces a Jerusalén
para entregar la colecta de las comunidades cristianas procedentes del
paganismo, destinada a los pobres de las comunidades de Jerusalén.
Judíos procedentes de Antioquia lo acusan de violar la Ley e intentan
matarlo en una revuelta. El tribuno romano, Claudio Lisias impide que lo
maten y lo encarcela. Es enviado a la provincia de Judea, donde el
procurador
Félix lo retiene durante dos años (del 58 al 60) a la espera de
conseguir un rescate por su libertad. Porcio Festo sucede a Marco Antonio
Félix como procurador de Judea. Pablo apela a su derecho, como ciudadano
romano, a ser juzgado en Roma. Tras un accidentado viaje, llega a Roma en la
primavera del año 61. Es liberado en el 63. Su carta a Filemón se supone
escrita en este periodo de cautividad, entre el 58 y el 63.
Había expresado sus deseos de llegar, lo cual posiblemente se cumplió en el
año 63. Al parecer, después visitó las comunidades de Oriente. Volvió a ser
apresado en Roma durante las persecuciones de Nerón. Fue sentenciado a
muerte y decapitado hacia el año 67. Por tener la ciudadanía romana,
gozó del privilegio de la decapitación, ya que el suplicio de la cruz estaba
destinado para quien no era romano. Según la tradición, la cabeza rodó por
el suelo y lo golpeó tres veces, y de allí donde chocó, surgió una vía de
agua.
Fue enterrado en la vía Ostiense de Roma. El 11 de diciembre de 2006 el
Vaticano anunció el descubrimiento del sarcófago de San Pablo tras cuatro
años de excavaciones arqueológicas bajo el altar mayor de la basílica que
lleva su nombre.
Escritos
Se atribuyen a Pablo trece cartas o epístolas, llamadas comúnmente "las
Epístolas paulinas", a saber:
A los Romanos
Primera a los Corintios
Segunda a los Corintios
A los Gálatas
A los Efesios
A los Filipenses
A los Colosenses
Primera a los Tesalonicenses
Segunda a los Tesalonicenses
Primera a Timoteo
Segunda a Timoteo
A Tito
A Filemón.
De estas 13 epístolas, existe consenso en que las 7 señaladas en negrita son
auténticamente paulinas. Respecto a la Epístola a los Hebreos, los eruditos
críticos (no
cristianos) y la Iglesia Católica están de acuerdo en que no es de
autoría paulina, lo que no es obstáculo para que tanto la Iglesia Católica
como las Protestantes la consideren un texto válido y la incluyan en el
canon bíblico.
Del resto, no existe acuerdo sobre si son de autoría paulina o han sido
escritas por colaboradores o discípulos de Pablo. Según Antonio Piñero, en
su libro "Guía para entender el Nuevo Testamento", una mayoría (que no
unanimidad) de estudiosos cree que no son paulinas las epístolas a
Timoteo y a Tito (las llamadas epístolas pastorales), mientras que sobre
las epístolas a los Colosenses, Efesios y Segunda a los Tesalonicenses las
opiniones están más divididas.
Relación con el Judaísmo
Pablo era
judío, de la escuela de Gamaliel, de denominación fariseo, mencionando
ésto último como algo de lo que se sentía orgulloso (Fil 3:5). El punto
principal de su mensaje era que los gentiles no tienen necesidad de
circuncidarse al igual que los judíos (1Cor 3:2), de hecho una buena parte
de sus enseñanzas es un énfasis a los gentiles para que comprendan que su
salvación no depende de copiar los
rituales judíos; sino que tanto judíos como gentiles, en última
estancia, son salvos por gracia Divina [claro que la gracia Divina se aplica
por medio de la Fe (fidelidad)].
Fue el pionero en comprender que el mensaje de salvación de
Jesús que comenzaba en Israel, se expandía a toda criatura
independientemente de su origen. Para Saulo (en hebreo: Shaúl) los
seguidores gentiles de Jesús (Yeshúa en hebreo) no deben seguir los
mandamientos de la Torá (ley) que son exclusivos al pueblo de Israel. Y así
queda establecido en el Concilio de Jerusalén (Gal 2:7-9), que los gentiles
sólo deben guardar los preceptos de los gentiles (comúnmente conocidos en el
judaísmo como: preceptos noájidas; Hch 21:25; Talmud, Sanedrín 56a y b).
Muchas de sus enseñanzas, al ser dirigidas a un pueblo gentil eran mal
entendidas y mal interpretadas (2P 3:15-16). Algunos judíos por un lado
interpretaron que
Pablo enseñaba a abandonar la Torá de Moisés (Hch 21:28; Hch 21:21), lo
cual no era cierto, y él mismo lo tuvo que desmentir (Hch 25:8; Hch
21:24,26). Por otro lado, había gentiles que interpretaban que la salvación
por gracia les permitía pecar, y también lo tuvo que desmentir (Rom 6:15).
Representaciones
artísticas
Pablo, como otros
apóstoles relevantes, tuvo un amplísimo tratamiento en el Arte. En
especial, su episodio de conversión fue tratado en memorables pinturas por
maestros italianos como Parmigianino (Kunsthistorisches Museum de Viena),
Miguel Ángel (mural en la Capilla Paolina del Vaticano) y Caravaggio
(Basílica de Santa Maria del Popolo, Roma). Fuente
ORACIÓN A SAN
PABLO
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