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LAURA VICUÑA - ORACIONES, MILAGROS, DÍA DE CONMEMORACIÓN, PEDIDOS Y ESTAMPITA

Laura del Carmen Vicuña Pino, o Laura Vicuña (Santiago, Chile, 5 de abril de 1891 – Junín de los Andes, Argentina, 22 de enero de 1904), es una beata chilena, patrona de las víctimas de abusos, víctimas de incestos, huérfanos, mártires de Chile y de Argentina. Su día de memoria es el 22 de enero.
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Nacimiento y salida de Chile

Nació el 5 de abril de 1891 en Santiago. Fue la primera hija del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Fue bautizada en la Parroquia Santa Ana en Santiago, en la misma pila bautismal donde pocos años más tarde recibiría similar sacramento Juanita Fernández Solar, Santa Teresa de Los Andes. Su padre era militar y pertenecía a una familia de la alta sociedad chilena; su madre, en cambio, venía de un estrato social más bajo, por lo cual no fue del pleno agrado de la familia de su esposo. A finales del siglo XIX, Chile se encontraba en una Guerra Civil y de Sucesión. En uno de los bandos en disputa se ubicaba Claudio Vicuña, un pariente lejano de José Domingo, quien se postulaba a ser sucesor del presidente José Manuel Balmaceda. Sin embargo, Vicuña no pudo acceder al cargo y comenzó una persecución contra toda su familia, obligándolos a escapar fuera del país. Luego del nacimiento de la segunda hija del matrimonio, Julia Amanda, José Domingo murió, dejando a su esposa y a sus hijas sin fondos, sin un futuro claro u horizontes que pudiesen seguir, además del riesgo que implicaba llevar el apellido Vicuña. Como una medida desesperada, deciden ir a Argentina para ocultarse durante un tiempo, mientras terminaban los conflictos en Chile.

Sus primeros años en Argentina

Mercedes y sus hijas se establecieron en las proximidades de Neuquén, Argentina. Al principio, buscó algún trabajo para poder costear los estudios de sus hijas, llegando a la estancia de Quilquihué. El dueño de esa finca era Manuel Mora. Éste personaje tan malvado tardaría en acosar a la madre de Laura, presionándola para que la atendiera como una esposa, pero sin mediar un compromiso formal entre ambos. A cambio de ello, él costearía los estudios de sus hijas, y ellas permanecerían en la estancia.

Es así como Laura ingresa al colegio "Las Hijas de María Auxiliadora", que pertenece a la Congregación Salesiana, donde fue instruida tanto en lo cultural como en lo cristiano. De esta forma es como Laura, con el ejemplo de su padre y de las religiosas que la educaban, fue descubriendo a Dios.

Vocación cristiana

Laura realizó su primera comunión el 2 de junio de 1901, y allí es donde manifiesta su vocación de amor a Dios y expresa sus infinitas ganas de servirle hasta, incluso, entregar su vida antes que pecar. Debido a su profunda conexión con Dios, muchas compañeras pensaban que Laura se creía superior a ellas ya que se pasaba recreos completos rezando en la capilla del colegio. A pesar de su corta edad, ya poseía una gran madurez en la vida, lo cual le permitió conocer los problemas de su madre y notar cuán alejada estaba de Dios. Esto la motivó a rezar todos los días por su conversión y para que Dios la ayudara a dejar a Manuel Mora. Mercedes Vera (o también Merceditas), fue su mejor amiga en los años de estudio, quien la acompañó, no sólo en los estudios, sino que también en lo espiritual; es con ella con quien comparte los deseos que tiene en su corazón, y junto a ella se hicieron hijas de María para asemejarse en las virtudes de la madre de Jesús.

Problemas en casa

Durante una de sus vacaciones escolares, Laura sufrió dos violentos ataques por parte de Manuel, quien buscaba doblegar su voluntad. Como no logró su objetivo, Manuel se negó a seguir costeando los gastos de los estudios de las niñas. Sin embargo, el colegio solucionó el problema permitiendo que Laura siguiera estudiando gratis. A pesar de esto, Laura pensaba que la situación de su madre no había mejorado, sintiendo que no había hecho nada por ayudarla.

La decisión

Un día, y recordando la frase de Jesús: "No hay muestra de amor más grande que dar la vida por sus amigos", Laura opta por entregar su vida a cambio de la salvación de su madre. Este ruego fue escuchado y a los pocos meses cayó enferma, empeorando su salud conforme avanzaba la enfermedad. En una visita de su madre, Mora la agredió dejándola herida en su cama.

Antes de morir, Laura le pide a su madre:
Muero, yo misma se lo pedí a Jesús, hace dos años que ofrecí mi vida por ti, para pedir la gracia de tu conversión, Mamá, antes de morir ¿tendré la dicha de verte arrepentida?

Doña Mercedes, con los ojos empapados por el llanto, le responde diciendo:
Te juro, que haré lo que me pides, ¡Dios es testigo de mi promesa!

Finalmente, Laura, sonríe y dice a su madre:
¡Gracias, Jesús!, ¡Gracias, María!, ¡Adiós, Mamá!, ¡Ahora muero contenta!"

Así, el 22 de enero de 1904, murió Laura Vicuña Pino, quien entregó su vida para la conversión de su madre.

Proceso de beatificación

Venerable

Una vez ocurrida su muerte, la congregación salesiana comenzó su proceso de canonización en la década de 1950. La misma congregación le encomendó la tarea a la Madre Celia Genghini, quien pasó varios años recolectando información acerca de su vida y obra. No alcanzó a ver su obra realizada, debido a que murió el mismo año en que se inició el proceso de beatificación.

Un impulso para la congregación fue la beatificación de Santo Domingo Savio (5 de marzo de 1950) y la canonización de Santa María Goretti (24 de junio de 1950). Es así que en la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro, se inicia el proceso de beatificación de Laura Vicuña.

Sin embargo, Laura no podía ser considerada mártir, y su corta edad no le abría muchas esperanzas para su beatificación. Sin embargo, en marzo de 1981, este último requisito fue allanado por la Congregación Plenaria en el Dicasterio Romano. Con el decreto del 18 de marzo de 1982, la Congregación para la Causa de los Santos introduce la causa de Laura Vicuña.

El 5 de junio de 1986, con el Decreto de Virtudes Heroicas, Laura Vicuña Pino fue declarada Venerable.

Beata

Su proceso de beatificación fue impulsado por el milagro que realizó a la religiosa perteneciente a la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora, Ofelia del Carmen Lobos Arellano. Esta religiosa estuvo afectada por problemas en sus pulmones, provocando que fuese bastante delicada de salud. En agosto de 1955 fue desahuciada por los médicos, quienes la enviaron a su convento a morir "en casa". Sin embargo, y tras rezar con fe a Laura Vicuña se mejoró en forma notoria, recuperando la salud y parte de los pulmones que se catalogaron como irrecuperables. En la consulta científica de la Congregación por la Causa de los Santos, fue catalogada como "5 sobre 5, recuperación inexplicable mediante la ciencia".

Con el milagro ya cumplido, el 3 de septiembre de 1988, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II, en medio de las celebraciones del centenario de la muerte de San Juan Bosco.

Santuario

En las faldas del Cerro Renca y ocupando 30 hectáreas, en la ciudad de Santiago, se encuentra emplazado el Santuario de Laura Vicuña, que posee una capilla con capacidad para 100 personas, salas para encuentros católicos y una amplia área para reuniones de grupos que se encuentren dispuestos a orar con Laura Vicuña.

El 9 de diciembre de 1999, en la ciudad de Junín de los Andes, se inauguró un templo que fue restaurado y dedicado a la memoria de Laura Vicuña, siendo construido por las alumnas del Colegio María Auxiliadora. La primera eucaristía fue celebrada por el Obispo de Neuquén, Mons. Agustín Radrizzani.

Verdadero rostro

Una investigación encargada por religiosas salesianas argentinas y chilenas a Carabineros de Chile y publicadas en la prensa en febrero de 2010, reveló que el rostro por el cual se conocía a Laura Vicuña no pertenecía a ella, sino que se trataba de una pintura del artista italiano Caffaro Rore, hecha por encargo de las salesianas italianas e inspirado en una niña europea. El verdadero rostro de Laura Vicuña es el de una niña morena con rasgos mestizos.

Filmografía

En 1988 se realizó la película Laura, un gran amor, la cual narraba la vida de Laura Vicuña y sus padecimientos antes de lograr la conversión de su madre. Fuente

 

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