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BASILISCO - ORACIONES, MILAGROS, DÍA DE CONMEMORACIÓN, PEDIDOS Y ESTAMPITA

El basilisco (del griego βασιλίσκος basilískos: «pequeño rey») es un ser mitológico creado por la mitología griega que se describía como una pequeña serpiente cargada de veneno letal y que podía matar con la simple mirada, que consideraban el rey de las serpientes. Posteriormente se lo ha representado de diversas maneras siempre con características reptilianas.
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Descripción

En el siglo VIII, el basilisco era considerado una serpiente con unos cuernos en la cabeza y una mancha blanca en la frente en forma de corona. De hecho, "basilisco" significa "rey de las serpientes". Más tarde, en la Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de serpiente o en otra cabeza de gallo. Hay versiones de esta criatura mitológica con ocho patas y escamas en vez de plumas. Plinio el Viejo lo describe como una culebrilla de escaso tamaño y pésimo genio ya que "su potente veneno hace marchitarse las plantas y su mirada es tan virulenta que mata a los hombres".

Según recoge Pierre de Beauvais en su Bestiario de 1206, nace a partir de un huevo deforme, puesto por un gallo al llegar éste a la edad de 7 años, incubado por un sapo durante 9 años; por lo tanto al nacer guarda todas las características de sus progenitores, cabeza de gallo, cola de serpiente y cuerpo de sapo. Otra manera de nacer (probablemente la más aceptada) es que nace de un huevo puesto por un gallo e incubado por una serpiente y se dice que nace con cuerpo de gallo, lengua de serpiente y cresta. El basilisco vive en el desierto que él mismo crea al romper piedras y quemar el pasto. Esto sucede ya que el Basilisco exhala fuego, seca las plantas y envenena las aguas. Sin embargo su característica más distintiva sería su capacidad de matar con su mirada. De este modo se dice que quien mirara a los ojos de un basilisco, moriría y si lo ve por un reflejo quedara petrificado; pero si el Basilisco se veía reflejado en un espejo , se mataba a sí mismo. Algunas leyendas dicen que, así, Alejandro Magno mató a uno. Se decía también que un basilisco moría cuando oía el canto de un gallo, que para él era mortal, o se topaba con su principal enemigo, la comadreja. También se dice que un caballero fue en busca de basiliscos porque había una plaga en su país así que se puso una armadura de espejos y mato a todo los basiliscos y lo nombraron el caballero de los espejos.

Evolución e historia de la figura del basilisco

Edad antigua

Como la mayoría de las bestias mitológicas, el origen del basilisco se pierde en el tiempo. Las culturas antiguas dejaron algunas muestras de la creencia en él y otras serpientes monstruosas en las artes, pero es en la tradición escrita donde mejor se puede seguir su trayectoria y evolución.

Los egipcios creían que el basilisco nacía de los huevos de Ibis. En el Antiguo Testamento podemos encontrar siete referencias al basilisco, en cuatro libros distintos. Hasta el siglo I d. C., es visto como una serpiente excepcionalmente dañina, pero físicamente no difieren mucho de otros ofidios. Es importante reseñar que los conocimientos de zoología permitieron que la mayoría de la gente, incluyendo élites y eruditos, creyeran en esta clase de criaturas hasta bien entrado el siglo XVIII.

En Naturalis Historia se describe al basilisco de Cirene como una pequeña serpiente (de no más de doce dedos de longitud) con tanto veneno que iba dejando un reguero tras su rastro, y que era capaz de matar con la mirada. Su única debilidad era el aroma de una comadreja que era capaz de matarlo.

En la tradición grecolatina se distingue claramente entre el basilisco y el catoblepas, cuadrúpedo de pesada cabeza que mata al que mira sus ojos, y al que citan, entre otros, Elieno, Ateneo y Arquéalo entre los griegos, y entre los latinos Plinio, Solino y Pomponio Mela. En cuanto al basilisco, Plinio hace la que probablemente sea la mención más famosa de la bestia en su Historia Naturalis, repetida hasta la saciedad por autores posteriores y muchas veces malinterpretada o tergiversada. Otros autores que lo citan son Lucano o el médico Dioscórides. Solino y Aeliano hablan del monstruo en el siglo III y Arnobio y Aecio en el V. Aeliano introduce al gallo en el mito, detalle que crecerá en importancia hasta el punto de modificar enormemente a la criatura en la Edad Media.

Edad Media

A lo largo de la Edad Media, en Europa son comunes los bestiarios, la mayoría copias adulteradas del famoso Fisiólogo, en los que se equipara al rinoceronte con el unicornio. Isidoro de Sevilla copia a Plinio con modificaciones propias en el siglo VII, cosa muy imitada en toda Europa y que hará que el conocimiento clásico se diluya tras una niebla de fuentes secundarias y malas traducciones, uniendo al basilisco con otros seres como el catoblepas o la cocatriz. Antes del siglo X ya nos encontramos con leyendas de basiliscos europeos, un animal que en la antigüedad era exclusivo de Libia, a excepción de unas pocas historias apócrifas. En el mundo musulmán también se observa esta utilización de las fuentes clásicas.

En 1230 Bartolomé Glanvilla, conocido como Anglico, publicó De Proprietatibus rerum , la Historia Natural más popular del Renacimiento. En él se configura el mito medieval del basilisco en su plenitud, su nacimiento y evolución, propiedades y forma de darle muerte. Esta información, junto a diversas leyendas de sucesos que van acaeciendo por Europa, son recogidas por múltiples autores, como Vicente Beauvais o Tomás de Aquino.

Edad Moderna y Contemporánea

Con el Renacimiento y la aparición de las primeras luces de la razón el enfoque de las ciencias naturales va tornándose más científico, y los conocimientos sobre los seres vivos se plantea de una manera más crítica; sin embargo, durante el siglo XVI se acepta ampliamente la existencia del basilisco y lo verídico de sus propiedades, por lo que sabios y doctores se dedicaban a filosofar sobre el por qué de su veneno visual o la lógica de su extraño nacimiento. Así mismo, por toda Europa se sigue informando de desgracias causadas por esta bestia. En la Enciclopedia de Aldrovandi se observa el grabado de un basilisco disecado, una falsificación común en la época que se fabricaba con los cuerpos de un pez ángel y una raya.

Durante el siglo de Oro, la literatura española aparece salpicada de referencias a la bestia, normalmente para compararla a la mirada de la amada. Lope de Vega, Quevedo o Cervantes usan a la criatura en sus textos.

Se dice que en la ciudad de Lima-Peru durante el gobierno del virrey Conde de Superunda, nacio en la calle del Huevo (hoy avenida Tacna) un basilisco augurio del Tsunami que destruyo el Puerto del Callao y afecto de igualmanera la ciudad de Lima.

Así pues, el basilisco, junto a muchos otros seres maravillosos, estaba plenamente integrado e el saber popular hasta bien entrado el siglo XVII. El último naturalista que mezcla animales reales e imaginarios es Jan Johnston y su Historiae Naturalis. En 1728, Feijoo negaba que un animal pudiera matar con la vista, lo que provocó gran polémica, que no terminó hasta que lo ordenó un cansado Fernando VI en 1750. No obstante, el vulgo siguió creyendo en esta sierpe y en sus malignas propiedades durante al menos otro siglo más.

Durante el siglo XX podemos observar el uso de los bestiarios tradicionales en las corrientes de literatura fantástica influenciadas por Tolkien, como la saga de Harry Potter de J.K Rowling, así como en el pulp, el cómic y la ilustración fantástica de autores como Frank Frazetta o Luis Royo.

Variación del mito en otras culturas

En América, especialmente en el folclore del Cono Sur también se encuentra variantes del mito que igualmente son llamados basilisco. Es obvio que la denominación proviene de Europa, aunque en el caso de las variantes americanas del mito se dan elementos de síncresis con creencias aborígenes. Por ejemplo,

En la mitología chilota destaca la creencia en el basilisco chilote, una criatura mitad gallo y mitad culebra que se caracteriza por beber la saliva, al cual solo se puede matar quemándolo.

En el folclore gaucho se creía que el basilisco era descrito como una especie de gusano gigante con un solo ojo que causaba la muerte con su mirada, y al cual solo se podía matar haciéndole ver su "rostro" en un espejo u otra superficie reflectante.

En Colombia, una criatura siniestra de características similares, que es comúnmente oída pero raramente vista es conocida como el "pollo malo" o el "pollo del diablo", una fabula común en muchos montes. Su canto anuncia la muerte y en general trae desgracias a quien tenga contacto con él.

Basiliscos en el arte

Basiliscos en la literatura

En la literatura, podemos encontrar a un basilisco en el libro número dos de la saga de Harry Potter, Harry Potter y la cámara secreta.

En el mundo ficticio de Harry Potter, creado por la escritora J.K. Rowling, el basilisco es una serpiente de gran tamaño, de un verde brillante, con un veneno mortal muy poderoso y rápido. Sin embargo, su carácterística más mortal es la de matar con la mirada. Nace del huevo de gallina empollado por un sapo. Las arañas huyen del basilisco pues es su enemigo mortal, y el basilisco huye solo del canto del gallo que para él es mortal.

Basiliscos en la escultura

En la escultura, la figura del basilisco se usaba principalmente en los capiteles de las iglesias, puntualmente se puede encontrar en tallas de marfil y artes aplicadas. Fuente

 

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